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Importante acuerdo de la OMC para activar el comercio mundial

La Organización Mundial del Comercio (OMC) es la organización internacional que se creó en 1995 y que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los 159 países firmantes. Tuvo su origen en la Ronda Uruguay de 1986, el más importante proceso de negociaciones comerciales tras el GATT (Acuerdo General de Aranceles y Precios) creado en 1948.

Las funciones de la OMC son:

• Ser un  Foro para negociaciones comerciales

· Administrar los acuerdos comerciales que se firman  

• Tratar de resolver las diferencias comerciales entre países pertenecientes a la OMC

• Prestar asistencia técnica y cursos de formación para los países en desarrollo

• Cooperar con otras organizaciones internacionales

Los pilares sobre los que descansa son los Acuerdos que se negocian y firman por la gran mayoría de los países que participan en el comercio mundial y ratificados por sus respectivos parlamentos. El objetivo es ayudar a los productores de bienes y servicios de todos los países de la organización, a los exportadores y a los importadores a llevar adelante sus actividades de una manera más fluida y sencilla.

Abarca prácticamente todo el comercio, desde productos industriales, agrícolas o textiles hasta servicios financieros, propiedad intelectual, software…  Esta negociación multilateral puso en revisión la totalidad del GATT (Acuerdo General de Aranceles y Precios) creado en 1948 en el marco de los acuerdos de Breton Woods, que habían dado origen al nuevo orden económico internacional de postguerra. El resultado de la Ronda Uruguay fue muy relevante, ya que incorporó un sistema de solución de controversias que ha sido relativamente eficaz.

No cabe duda que fue una decisión importante y audaz de la comunidad internacional, el someter a una completa revisión un sistema de comercio que había funcionado largos años, beneficiando claramente a los países de mayor desarrollo. Pero era inevitable producir un cambio drástico ante las nuevas realidades, como la globalización de los mercados, la emergencia de nuevos competidores, los avances tecnológicos, la multilocalización de los centros de producción, la emergencia de los servicios como un componente cada vez más relevante de los intercambios y, fundamentalmente, la necesidad de poner el comercio mundial en sintonía con las necesidades de  los países menos desarrollados, que reclamaban  una mayor equidad en el sistema económico internacional.

Para esta nueva situación –que requiere de capital, tecnología y calificación del trabajo- los PVD no están  suficientemente preparados ni en condiciones de competir, y por eso es tan necesario que unida a la apertura de los mercados, existan programas de cooperación internacional e inversiones productivas que incidan en la  preparación para competir . Las treinta mil páginas que contienen los acuerdos dan cuenta de la complejidad del comercio internacional moderno, y de lo difícil que resulta para los países de menor desarrollo, como un problema adicional, manejar esta maraña normativa.

Por eso han surgido, especialmente en América latina, los bloques regionales como Aladi, el Mercosur, la Comunidad Andina o el Mercado Común Centroamericano, y sistemas de solución de controversias pactados bilateralmente entre países, dejando para la última instancia el recurso a la OMC podría resultar más cercano y asequible.

Los temas agrícolas y los subsidios siguen siendo críticos para los países en desarrollo, pero también para los desarrollados entre sí. Estos procesos son lentos -como lo prueban los más de siete años de la Ronda Uruguay, o los 12 años que ha durado la Ronda de Doha,- pero muy necesarios para dar saltos cualitativos en las relaciones económicas internacionales que permitan abrir espacios a los países más necesitados de ellos.  

El pasado mes de diciembre se alcanzó en Bali un acuerdo de reforma comercial de alcance mundial, tras la retirada del veto de Cuba (que protestaba por el embargo económico establecido por Estados Unidos desde hace décadas), y que podría  suponer una inyección de hasta un billón de dólares en el comercio mundial y la creación de hasta 20 millones de puestos de trabajo. Es el primer acuerdo que se firma  tras la creación de la OMC hace 19 años tras una negociación que había comenzado en 2001 en Doha.

Los países menos desarrollados ganarán acceso preferencial a los mercados libres de impuestos, al desaparecer obstáculos para la exportación de productos agrícolas. Este acuerdo aporta a las economías en desarrollo un mayor margen de maniobra para recurrir a los subsidios con el fin de garantizar el suministro de alimentos.

Se ha valorado como de gran importancia mundial este acuerdo y se considera que reforzará el papel que juega la OMC en el comercio internacional.