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Fiscalidad: desmontando mitos

Hace tiempo que me pregunto por qué el debate sobre los sistemas fiscales solo gira sobre su color político: “bajar impuestos es de derechas y subirlos es de izquierdas”, “los impuestos financian escuelas y hospitales”, “unos gobiernan para los ricos y otros para que estos paguen más” … Mitos, tópicos y bastante demagogia interesada. Por todo ello, quiero alejarme de este debate estéril e intentar, de la forma más didáctica posible, explicar en donde, a mi juicio, debería centrarse el debate fiscal.

En primer lugar, empezaré por decir una obviedad conceptual al parecer olvidada interesadamente por todo el mundo: los sistemas fiscales no deciden a qué dedican sus ingresos; son los Parlamentos con la aprobación de sus presupuestos anuales los que deciden su destino o, lo que es lo mismo, dónde se gastarán. Y es aquí donde también deberíamos ocuparnos más, porque no hacemos nada con una gran recaudación, si luego no sabemos gastarla adecuada y eficientemente.

En segundo lugar, en vez de hablar de subir o bajar los impuestos (por cierto, siempre a los mismos) deberíamos centrarnos en encontrar un sistema fiscal que sea eficiente, armonizando los tres principios básicos: la suficiencia recaudatoria, la equidad y la eficiencia en los objetivos propuestos para recaudar más y para que nuestra economía crezca de forma natural en la búsqueda de la igualdad social, eliminando la pobreza y el paro.

En este punto, ¿no es mucho más lógico aumentar la base (más trabajo y más contribuyentes) que aumentar la carga impositiva? La regla de tres es clara: cuanto más empleo, menos paro y más IRPF. Y cuantas más empresas, más impuesto de sociedades. Por este motivo, en lugar de trazar planes a corto plazo condicionados por periodos electorales, tendríamos que trabajar en un modelo de política fiscal que impulse y favorezca la actividad económica, el empleo, fomentando las inversiones productivas, el ahorro, las nuevas tecnologías y el talento.

En Navarra tenemos unas condiciones idóneas para hacerlo, pero necesitamos un gran acuerdo político que sustituya a esos mitos y bulos que hoy engordan un debate estéril; una alianza beneficiosa como la que ya tuvimos en el pasado, cuando nuestros gobernantes diseñaron ese modelo fiscal que transformó tan profundamente nuestra sociedad que alcanzamos las mayores cotas de bienestar y los mejores estándares de calidad de España y Europa en educación, sanidad y empleo. Y podemos volver a lograrlo, pero antes hay que eliminar todo este ruido alrededor de la política fiscal, la cual es el instrumento más eficaz para el desarrollo social y económico y no algo ideológico que nos separa y diferencia.

En resumen, la fiscalidad no es de izquierdas o derechas, ni progresista ni conservadora, es una herramienta para obtener más y mejores ingresos y no debería utilizarse como un arma arrojadiza entre partidos políticos o regiones y menos del mismo estado.

No se trata de bajar o subir los impuestos sino de utilizar nuestro sistema fiscal de la forma más eficaz posible, aprovechando al máximo nuestra autonomía fiscal en beneficio de todos los navarros con el objetivo de volver a ser lo que fuimos; un referente de sociedad igualitaria, unida en la búsqueda de los mejores estándares de calidad tanto sociales como económicos.

A pesar de estas consideraciones, creo que desgraciadamente este año en la tramitación de los presupuestos generales de Navarra y España, volveremos a escuchar los mismos falsos mitos sobre los impuestos que no harán más que emponzoñar, más si cabe, el enrarecido y empobrecido ambiente político preelectoral del cual los únicos perjudicados seremos los ciudadanos y las empresas.

Javier Taberna Jiménez
Presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Navarra