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Ucrania-Rusia: Un conflicto no tan lejano

El peso de un acontecimiento depende de su trascendencia objetiva, del interés general y de la cercanía. El horizonte de un enfrentamiento entre Ucrania y Rusia, aún más probable después del desafío de Putin al asumir la soberanía de Donetsk y Lugansk, cumple sobradamente con las dos primeras condiciones, pero… ¿y la tercera? Podríamos preguntarnos en qué medida afectaría el conflicto a Navarra, y la respuesta, al menos teniendo en cuenta consecuencias directas, no sería demasiado grave debido al reducido vínculo económico con ambos países.

En 2019, por ejemplo, las empresas navarras exportaron a Ucrania poco más de 22 millones de euros (el 0,22% de los casi 10.000 totales), y aunque la inversión aumentó hasta alcanzar un pico de 35 millones, el porcentaje sigue siendo residual. Con Rusia sucede algo similar: el porcentaje apenas alcanzaba el 0,54% de todo lo exportado desde Navarra antes de la pandemia. Por tanto, una posible paralización a causa de un conflicto conllevaría secuelas directas leves, detectables de forma localizada en empresas de alimentación, bienes de equipo y automoción.

 

Sin embargo, las consecuencias ‘indirectas’ sí son trasversales a todo el planeta. La primera, un impacto sobre el suministro y el precio del gas proveniente de Rusia, lo que supondría un incremento aún mayor de unos costes, los actuales, ya muy elevados no sólo para nuestras empresas sino para el consumidor particular. Aunque nuestra dependencia del gas ruso no sea tan elevada como la de otros países vecinos, una escalada de precios con efecto multiplicador para la industria europea sería una pésima noticia para nuestra economía.

La segunda consecuencia para Navarra, un peligroso efecto dominó respecto a países con los que sí tenemos grandes vínculos de exportación: nuestro sector exterior depende de cadenas de valor globales que pueden verse afectadas por la inestabilidad de lo que suceda en la zona; por ejemplo, Ucrania tiene nexos comerciales importantes con Alemania, Polonia, Italia o Francia, y cuanto mayores sean las repercusiones económicas en estos mercados, mayores las posibilidades de que termine afectando a la empresa navarra.

La tercera, la moderación en las previsiones de crecimiento y moderación para este año, fruto del acercamiento entre Rusia y China, sobre el que ya hay signos como el compromiso de Putin de aumentar las ventas de gas al gigante asiático. Una nueva y violenta tensión entre los bloques Este-Occidente es lo último que necesita una economía global en crisis.

La magnitud de los riesgos y estas consecuencias hacen necesario emplear todos los recursos diplomáticos posibles para evitar la intervención militar. De las decisiones y medidas que se adopten hoy dependerá la estabilidad de la zona en el futuro. La Unión Europea debe jugar un papel fundamental en este momento y así recuperar la posición perdida de actor relevante en la geopolítica internacional. Del éxito de las negociaciones dependen muchas vidas, y eso es lo más importante; pero desde el punto de vista económico, el equilibrio y la serenidad resultan fundamentales ahora que el planeta entero lucha por que cicatrice la tremenda herida provocada por la pandemia.

Javier Taberna
Presidente
Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Navarra