Europa da un paso hacia adelante
El 21 de julio, los 27 miembros de la UE llegaron a un acuerdo histórico por el cual se dotaba un fondo de 750.000 millones de euros para la recuperación, el conocido como Next Generation EU (2021-2024) así como el Marco Financiero Plurianual (2021-2027), dentro del cual se enmarca el primero.
Existe un consenso generalizado de que alcanzar el acuerdo y la dotación del fondo ha sido un éxito. Y esto es así porque muestra que la reacción a esta crisis ha sido totalmente diferente a la de 2008. Pasaron prácticamente cuatro años desde el inicio de la crisis financiera en 2008 hasta que Draghi pronunciará la famosa frase “haremos lo que sea necesario”, antes de poner en marcha el plan de compra de deuda soberana del Banco Central Europeo y con ello devolver la confianza a la zona euro y alejar la sombra de la caída del euro. En esta crisis, el acuerdo se ha alcanzado, no sin dificultades y largas negociaciones, seis meses después de que la OMS declarara la extensión del coronavirus como pandemia.
Los 750.000 millones se repartirán en siete programas, de los cuales, el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) supone 672.500 millones.
Otra diferencia es que el fondo incluye tanto subvenciones como préstamos a los países. En el caso de España le han correspondido 140.000 millones de euros de los que 72.700 serán ayudas directas.
Es una buena noticia, pero no todo está hecho. Nos hemos quedado con el mensaje de que “nos van a dar muchos millones en subvenciones”, que es lo que queríamos y como debía ser, dado que la crisis “nos llega de fuera”, y esto es así, pero en parte.
En primer lugar, no es un cheque en blanco. Para acceder a los fondos los Estados tendrán que elaborar y presentar planes de recuperación y resiliencia en que deberán presentar en su programa de reformas e inversiones para el periodo 2021-2023. Estos programas serán evaluados por la Comisión Europea (Países Bajos quería que los países pudieran vetar los planes presentados por la estados miembro) y tendrán que ser aprobados por una mayoría cualificada de los Veintisiete. Además, se establece que los planes presentados deberán contribuir a la transición ecológica y digital para obtener una evaluación positiva.
La Comisión ha recomendado a los países a que presenten su Plan, junto con su presupuesto nacional antes del 15 de octubre, lo cual es “ya mismo”.
La cuestión es si España pondrá en marcha las reformas necesarias para reforzar su sistema productivo, mejorar la competitividad de su economía, elevar su peso específico en Europa y sobre todo para afrontar los efectos duraderos que tendrá la crisis sobre sectores muy importantes para nuestra economía como por ejemplo, el turismo o la industria de la automoción.