Más aranceles desde Estados Unidos
Hoy leo dos noticias sobre Estados Unidos que vuelven a reflejar lo poco acertado de la política comercial del presidente Trump. Por una parte, la convocatoria para noviembre de este año del Departamento de Comercio de Estados Unidos de la misión comercial Clean Energy and Zero Emission Vehicle Technologies Business Development Mission a México. Las ventas de coches eléctricos e híbridos en el país crecieron un 27% en 2017 y un 68% en 2018, a lo cual se unen los planes del gobierno mexicano de reducir las emisiones de efecto invernadero un 30% en el 2020 y aumentar un 50% la generación de electricidad de fuentes renovables en 2050. Es decir, un mercado que apuesta por el desarrollo y el crecimiento de tecnologías innovadoras y sostenibles y en el que las empresas estadounidenses quieren participar y a las que, por tanto, les interesa que se desarrolle.
Ante esto, el presidente anuncia subidas de aranceles del 5% a productos de México que irán incrementándose si México no frena la inmigración ilegal a Estados Unidos. No tiene ningún sentido “castigar” y tratar de frenar la inmigración ilegal con medidas arancelarias, por dos motivos. En primer lugar, la subida de aranceles perjudica a las empresas mexicanas, sus ingresos, su capacidad de desarrollo, empeora su capacidad de contratación, lo cual seguirá animando a la gente que no encuentra empleo en México a entrar en Estados Unidos de manera ilegal, y en última instancia no haría sino ahondar en el problema.
En segundo lugar, la anunciada subida de aranceles también es mala para las empresas estadounidenses. Para determinados productos industriales, el 40% del valor añadido de las importaciones de EE.UU. provenientes de México es generado precisamente en Estados Unidos, y por lo tanto, tal medida acabará repercutiendo negativamente a las empresas americanas.
Mientras el presidente Trump emplea la subida de aranceles como “navaja multiusos” en su política internacional, sus departamentos siguen abriendo mercados y buscando oportunidades para sus empresas en todo el mundo. Una nueva muestra de la incoherencia de la medida que acaba de anunciar.