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El regreso de Irán al mercado global

Es notable la coincidencia de las necesidades de modernización de la economía iraní con los sectores en que las empresas españolas demuestran ser líderes mundiales.

El 16 de enero el Consejo de la Unión Europa levantó las sanciones que había impuesto a Irán relacionadas con la cuestión nuclear. Estas sanciones, de carácter tanto económico como financiero, dejarán de estar vigentes tras la verificación que ha llevado a cabo la Agencia Internacional para la Energía Atómica. Según su evaluación, las autoridades iraníes han cumplido satisfactoriamente las medidas previamente acordadas en el Plan de Acción Exhaustivo Conjunto negociado en julio del año pasado para asegurar que el programa nuclear iraní continuará con un carácter exclusivamente pacífico.

Esta decisión supone el regreso de Irán al mercado global, su reintegración económica en el mundo, además de su rehabilitación en términos políticos y diplomáticos. Un regreso que será más rápido de lo que podría pensarse, ya que las autoridades iraníes podrán disponer de cuantiosos recursos para invertir en sus planes de desarrollo y recuperar el tiempo perdido en la década en que ha estado excluido, en gran medida, de los circuitos comerciales, de inversiones y financieros.

Irán dispone de las cuartas reservas mundiales de petróleo y las segundas de gas, lo que supone una muy considerable fuente de ingresos por exportaciones. En 2012 sus ventas al exterior fueron de unas 2,5 millones de barriles diarios de petróleo, y se redujeron a alrededor de 1 millón como consecuencia del embargo. Por un lado, el fin del aislamiento comercial y financiero abre al gobierno iraní la posibilidad de recuperar plenamente los hasta 90.000 millones de euros que se estima puede tener bloqueados en bancos extranjeros. Por otro, Irán podrá volver a exportar petróleo a sus principales clientes, algo que el gobierno iraní pretende impulsar para aumentar lo antes posible sus exportaciones en medio millón de barriles más.

Según el FMI, El PIB de Irán se redujo el año pasado en un 3%, se mantuvo en el 0% este año y la previsión de crecimiento para el próximo es ya de entre el 4 y el 5,5%, impulsado por el aumento de la producción de petróleo y gas, la reducción de costes comerciales y financieros y el acceso a esos activos que mantiene en el exterior. Ese crecimiento irá acompañado de un importante programa de inversiones públicas para renovar la casi totalidad de la muy deteriorada estructura productiva iraní, para lo que necesitará adquirir un gran volumen y variedad de bienes y servicios al exterior y atraer, al mismo tiempo, crecientes inversiones extranjeras directas.

Irán, un país de 80 millones de habitantes, necesita reconstruir y modernizar, ante todo, su industria del petróleo y gas, el corazón de su economía, así como la petroquímica, para lo que va necesitar contar con empresas extranjeras líderes en ese sector. Pero no sólo en ese, ya que entre las prioridades del gobierno iraní figuran además la industria del automóvil, la maquinaria agrícola, la industria alimentaria, los bienes de equipo, la maquinaria para la minería o las energías renovables. Por otra parte, las necesidades de inversión en infraestructuras y equipos, especialmente de transporte por carretera, ferroviario o marítimo, generarán también grandes oportunidades a las empresas más reconocidas en los mercados internacionales.

Es notable la coincidencia de las necesidades de modernización de la economía iraní con los sectores en que las empresas españolas demuestran día a día ser líderes mundiales y disponen de la tecnología y experiencia necesaria, por lo que esta nueva etapa puede ser sumamente provechosa para su expansión en ese importante mercado al que ahora mira todo el mundo. En esta aventura se encontrarán poderosos competidores asiáticos, región con la que Irán intensificó sus relaciones tras las sanciones, y también europeos y norteamericanos.

España llegó a importar 4.000 millones de euros de petróleo iraní en 2011, cifra que cayó a cero en 2012 como consecuencia de las sanciones. Curiosamente, el azafrán iraní sustituyó entonces al petróleo como uno de nuestros principales productos de importación. Las exportaciones españolas a Irán se redujeron a la mitad entre 2011 y 2015, situándose en el entorno de los 300 millones de euros. Unas 350 empresas españolas, mayoritariamente pymes, exportan a Irán de manera regular. Muchas han realizado verdaderos malabarismos para continuar presentes en el mercado iraní a pesar de las dificultades, como las del petroquímico. Las que lo han conseguido tienen ahora ante sí una gran oportunidad, ya que las muestras de compromiso en momentos difíciles suelen dar sus frutos. Pero habrá oportunidades para estas y para muchas más.

Desde las Cámaras de Comercio seguimos de cerca la evolución de los acontecimientos porque queremos ayudar a nuestras empresas a participar en esta nueva etapa de más intensas relaciones con Irán, un mercado que despierta cada vez más su atención. Para ello distintas Cámaras españolas han programado la organización de diez misiones comerciales a Irán y un encuentro empresarial en este año, que formarán parte del Plan Cameral de Internacionalización que en estos momentos estamos coordinando y ultimando en la Cámara de Comercio de España. Las empresas españolas van a desempeñar un papel relevante en esta nueva etapa de relaciones hispano iraníes contribuyendo así, una vez más, a impulsar nuestras exportaciones e inversiones y, con ello, el crecimiento económico y el empleo de calidad. Saben que, para ello y como siempre, podrán contar con el apoyo de las Cámaras.